domingo, 29 de agosto de 2010

De lo que me gustaría en un sueño

Que tuviera música. Que fuera en blanco y negro. Y luego que estés tú y no un amigo tuyo. Caminamos y caminamos. El pasto es gris. Las nubes son blanquitas y grisecitas. No sé si el día es nublado o si está anocheciendo. Podemos seguir caminando o detenernos y caer. Subirnos a una bici para tropezar con la banqueta. Y antes de tocar el piso (con el brazo extendido, la manita raspada en potencia) despertar, contemplar que estamos solos, en nuestras camas cada uno, cobijados y alterados. Cierro los ojos. Pienso que me gustaría volver a dormir. Un sueño estaría bien, uno donde el despertador suena con esa canción que me da miedo... We've only just begun.

2 comentarios:

  1. Fijáte, chica, mencionas SUEÑO en el título, y se abre un campo semántico tan hermoso, lleno de luciérnagas llamadas semas indicándonos de qué va la vaina: Gris, aburrido, SUEÑO. El día es nublado, anocheciendo, flojera, SUEÑO. La caída es el Quick (de Inception, maldita sea, la cosa que te hace sentir que caes y despiertas), o el despertar mismo como antónimo de DORMIR. El estar solos (puedes dormir acompañado, pero el sueño sólo te servirá a ti. Cama, cobijados. Ojos. Dormir. Des-per-ta-dor como FIN y lo alterados y el miedo como antítesis de la calma que debería predominar, pero que no lo hace.

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  2. El despertar del SUEÑO como el inminente INICIO que da miedo.

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