Tenía hambre y fui a la esquina. Ya había visto el puesto desde el camión, ahora me acercaba jalada por el humo delicioso. Al llegar, un cúmulo de gente me impedía alcanzar mi cometido. Pero cuando acabé la fila, vi a la chica más cansada y triste del mundo. Parecía que todas esas hamburguesas y tacos la habían terminado. Y con su mirada me heló: me estaba hablando pero me ignoraba. Un letrero colgaba de su jeta flácida: Indiferencia, te doy, a-garras... llenas.
viernes, 6 de mayo de 2011
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xD Saludos Elisa, espero que andes bien ahaha :P
ResponderEliminarsuficientemente bien, caleb? qué tal vos? :)
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