lunes, 23 de mayo de 2011

No estoy cansada, sólo que el cambio de vida

Me enferma. Pasar a una vida sana es muy doloroso. Los músculos duelen después del ejercicio, tienes calor, sudas. La panza te gruñe con las verduras, el sabor de la comida saludable hace que te apeste la boca. Ahora, cambiar a una vida más enferma también es pesado. Tus músculos duelen después de bailar y coger toda la noche, tienes calor, sudas. La panza te gruñe con la cerveza y totopos con salsa. El cigarro hace que te apeste la boca. Llegué a la conclusión que lo más sano es oscilar entre estas dos, si tu vida laboral te lo permite. 

1 comentario:

  1. ¡Bien Elisa Aristotélica!

    Me dió mucha risa que son exactamente las mismas consecuencias de una vida saludable y una vida no tan saludable =P

    Aunque muchos podrían argumentar que la segunda tiene un punto a favor por ser momentáneamente más divertida. Jeje...

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