lunes, 20 de junio de 2011

Slayer

Juego de luces gay, pudieron bien haber sido de un concierto de Ricky Martin. Pero la diferencia es que la audiencia era una masa seria vestida de negro, con sus excepciones salpicadas de blanco. Cuando en el de Rammstein pensé que cualquiera de los que estaban ahí podría ser mi novio, estaba equivocada. Mirándolos con la luz encendida, había niños, peleles, hombres mecánicos morenos y panzones y niñatas. Me desconcentraba pensar en otras cosas, pero mis pantorrillas temblaron con el potente sonido de la batería y la guitarra, ese redoble y requinto que retumbaron en mi caja torácica. Pam pam pam pam pam....

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