lunes, 24 de octubre de 2011

:(

Encontré una lagartija en la mañana. Se movió entre los vasos y entre la bolsa que estaba por ahí. Yo me asusté por el movimiento inesperado, pero más porque parecía algo mediano, un ratón quizá. No me dan miedo los ratones ni las lagartijas, aclaro. Sólo su movimiento sorpresivo. Luego recordé algo que me habían contado de las torturas en Argentina. Un tubo de PVC directo al intestino, meten un ratón y del otro lado prenden fuego, FUM el ratón corre hacia la cavidad intestinal. Ya cuando está dentro no puede salir y empieza a roer. No creo que ninguna madre haya criado un hijo para que un bicho le coma las entrañas. 

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