miércoles, 30 de noviembre de 2011

Mi papá

Me dijo que los niños con síndrome Down eran los más tiernos del mundo. Eso me conmovió de sobremanera, puesto que, siendo yo su hija, hubo una posibilidad en 500 000, que yo tuviera ese síndrome y mi papá aún así me hubiera querido. Me sentí segura. Luego me sentí maldita, porque no creo que yo piense igual que él. Yo pensaría: Si el mundo es así de cruel con las personas "normales", ¿qué le espera a mi hijo querido con síndrome Down? Mejor le ahorro todo el sufrimiento. A la vez, le privo de genialidades, como el viento, la noche, la luna que era esa sonrisa del gato de Cheshire, o como se escriba.

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