En un semi-sueño, o comúnmente llamado duermevela, había un rancho con un montón de perros, la mayoría recogidos de las calles. En la mañana, un costal entero de croquetas se vaciaba y todos los perros comían. Luego andaban por ahí, sueltos, entre los árboles recién plantados y regados. La barda perimetral no estaba pintada, podías ver tú los blocks unidos por capas de cemento. Pero los perros, estoy segura, eran muy felices. Mi papá también.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario