Quería decirte que esta hoja en blanco no es tuya. Ni el sonido que haces al romperla. Ni siquiera la frustración. Esa me pertenece a mí. Mis dulces me pertenecen a mí. Tu silencio me pertenece a mí. Ya muchos se han acompañado de ausencias, yo desprecio la tuya. Mi voz: tampoco la tienes, puedes escucharla: en un segundo se ha ido. Surgió solamente para que vieras que no tienes nada. Ni la vida es tuya. Es prestada. Maldita bola, termina siempre haciendo lo mismo.
viernes, 1 de junio de 2012
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Qué bonito textito, Ely.
ResponderEliminargracias, Míkel n.n
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