Desde un tiempo a la fecha he intentado hablar con Dios. Casi es siempre cuando me voy a dormir. Empiezo: Dios... y le pido cosas. Que cuide a la gente que me importa. Que cuide a la gente que me cae mal (es catártico y me hace sentir superior). Que me haga olvidar. Que le agradezco que me ha dado, que... Luego comienzo a pensar descuidadamente en otras cosas. Y en un punto, me duermo. Ayer se me ocurrió que Dios me distrae con cosas mundanas para que no le ponga gorro. Y me manda con dulzura al mago de arena a que me entierre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡Pero qué groso Elisa! hahaha me has sacado una carcajada, bueno con éste comentario te aviso que ya te agregué en los dos blogs que te he dicho en la red neuronal y también te di "follow".
ResponderEliminarSaludos y sigue escribiendo.
qué bien, caleb =)! poco a poco espero salir del bloqueo de escritor ^^ ahí nos estamos leyendo XD
ResponderEliminar