miércoles, 30 de octubre de 2013

Se me olvidaba

Te conté de la vez que mi novio me había dejado hecha un manojo de lágrimas afuera del concierto. Bueno, se me olvidaba la segunda parte. Al día siguiente me fui a la escuela guapísima. Mi cabello lacio bien peinado, mis ojos y labios pintados y la mejor de mis blusas. Y no le hablé. O sí le hablé pero muy secamente, toda llena de indiferencia REAL. Me siguió hasta la librería y ahí afuera platicamos. Me vio gélida e inflexible. ¿Adivina quién lloró ahora? No me enorgullezco, pero me reí (con ganas) y pensé fugaz "Marica...". Y él, cubriéndose o secándose la cara, me dijo que yo era una maldita.

Todo tan infantil. ¿Cuándo vamos a crecer?

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