Rectángulo tiró a Oválico en la alfombra y cerró la puerta. Triangulón, moviendo sus suaves caderas y con una femineidad tan candorosamente respirable, cruzó el pasillo y tocó la puerta. Giró la perilla y entró, entró con su largo cabello que eran ondas de nocturno embeleso. Movió tiernamente con su pequeña mano el hombro de Oválico. Oválico giró y eructó. Triangulón inició una canción que parecía un murmullo de grillos y sus dedos removieron de sus vértices que ni un ápice de seda rosácea, también deshicieron el cierre de Oválico. Rectángulo en ningún momento había abandonado la habitación.
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=O Tienes que hacer una segunda parte, me ha intrigado lo que círculo hará al respecto y si rombo aparecerá en escena.
ResponderEliminarSaludos Elisa xD muy genial tu escrito, me gusta lo bizarro xD