miércoles, 6 de abril de 2011

Trapecito

Rectángulo verde parecía como un dios. Siempre impasible. Fue con Trapecito a tomarse una cerveza, y éste lo tomó como pretexto para desahogarse, aunque sabemos bien que no estaba ebrio, estaba consciente de todo. Trapecito le contó a Rectángulo verde que se había ido a confesar porque había cometido un pecado muy terrible. Su abuelo estaba viendo películas eróticas y lo invitó a sentarse en la sala. Le cambiaron a un documental sobre entes y música primitiva, Trapecito se durmió, se masturbó aún dormido y soñando con Jesús de Nazareth, mientras su madre y su abuelo observaban. 

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