jueves, 7 de abril de 2011

Vampiria

Me encontraba circulando por esos pasillos y canales estrechos de la monumental bola de grasa llamada ciudad, nuestro macrouniverso contenedor. Yo viajaba y viajaba, hasta que encontré una salida que no daba a un asqueroso depósito de inmundicias. Era el aire libre, donde te encontré y me sorbiste lentamente. Y trepé por tu lengua y te convertiste en mi nuevo macrouniverso. Ahí ya estaba dentro de ti, podía sentirme tan tuya atravesando tu corazón estremecedor, recorriendo tus más íntimos rinconcitos viscerales. Me abraz(s)aste. 

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